Breve pincelada músico vocal de una cena cotolonguera

Ya sabéis que a mi no me gusta DE hablar, soy un chico muy comedido y discreto que hasta que no ruboricé a las mocés coralistas llamandoos burbujitas de freixenet en el city hall (hay untamiento para los de Marbella), no descubristeis el ser que en este simpático body se encierra.

Alguna se piensa (señora presidenta...) que aún os tengo miedo. Pues... siiiii sufro, sufro porque me da miedo la risa maliciosa de Tati, sufro pq a Patricio, este personaje montaraz, se le va la olla un pelín, sufro pq Ruth, bucólico-pastoril-sopranoide, me deja sordo de un oido y acabaré como Rafa de la Muni (haciendo de barrera infranqueable con los bajos), sufro pq en un arrebato de necesidad glutamático-calórica de la Tá puede sesgarme una oreja o el cuello inclusive con su virulento movimiento de mano caza-canapeses... Usted cree que es grave, Doctor Torres? No le he contado todo pq tengo la impresión de que me están escuchando y no es cuestión de ir haciendo amigos por la vida.

En la cena me lo pasé teta. Si no he ido a las anteriores sabéis bien que es pq las fechas elegidas no son muy agraciadas para los estudiantes como el mendas lerendas, aunque si es menester, se hace un esfuerzo (es mentira, no voy pq todos me doblan la edad y la incontinencia urinaria está a la orden del día jijijiji). Deberíamos poner los dientes largos a aquellos que no fueron para que se animen a las próximas entregas gastronomicotolongueras.

Ahora me pongo serio pq voy a hablar de Abelardo Pí. Es una pena que nuestro dire no se animase para venir a arregullir el esqueleto a lo shakira, pero... no lo vamos a querer todo no? Además, cuando llueven trufas y mazapanes del cielo, toca a más parte!!.

El bailoteo por los cochambros estuvo fetén, con pi cubo jarras de sangría fluyendo por nuestras venas y pi a la cuarta cervezas inundando nuestro higado. Como muestra os dejo una afoto con el diálogo que nos llevábamos (por cortesía de Raúl, un friki muy friki de estas cosillas :P).